Smile... though your heart is aching
Pero la abuela Nila sigue con nosotros...
Debo de estar haciéndolo bastante bien. Le doy agua cada dos días, le dejo que tome su dósis de sol diaria (en la medida en que el clima lo permite) y, desde que está conmigo (casi una semana), ya tiene dos flores. La última se ha abierto esta misma mañana, aunque aún está un poco capullo..., pronto será tan bonita y tan abierta como la primera.
Si sigo estando atenta, espero que vaya creciendo y eso, y así os voy contando cómo van las cosas, si se va poniendo bonito, si se me chafa... Será algo así como el gnomo de la película Amelie.
Es más, cuando era pequeña y en el cole nos hacían plantar el típico garbancito o la judía en el vasito de yogurt, siempre, sieeeempre acababan muriéndoseme nada más brotar. Brotaban y yo me olvidaba. "¡Hale! Ya ha salido el tallito con la hojita verde", y se ponía todo marrón y podrido... Un desastre.
En fin, en mi espíritu positivo de las últimas semanas, he decidido que esta vez va a ser diferente, pero bueno... a ver cuánto aguanto. O cuánto aguanta... jaja.
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