Smile... though your heart is aching

Sigue la tónica de la sonrisa, después de una triste noche de viernes en que por primera vez, desde que se marchara mi abuela (ayer, a las 20,20 hizieron dos meses), fuéramos todos a su casa a pasar un rato con el abuelo, a ayudarle en su vuelta a casa, y... se le echó tanto de menos. Se le echa mucho en falta y, claro, todos acabamos llorando en el coche de vuelta, jodidos porque él se quedara allí, solo.

Pero la abuela Nila sigue con nosotros...




Y otro fin de semana más que se va y yo estoy agotada y no tengo ganas de nada. Ya van dos. Y el proyecto del Vestidor de Carrie sigue con altibajos, pero con una nueva incorporación. Me complace anunciaros que, después de años siendo una negada para el cuidado de las plantas y toda clase de seres vivos vegetales y verdes, me estoy haciendo cargo de un nuevo y pequeño retoño: un cáctus rojo.

Debo de estar haciéndolo bastante bien. Le doy agua cada dos días, le dejo que tome su dósis de sol diaria (en la medida en que el clima lo permite) y, desde que está conmigo (casi una semana), ya tiene dos flores. La última se ha abierto esta misma mañana, aunque aún está un poco capullo..., pronto será tan bonita y tan abierta como la primera.

Si sigo estando atenta, espero que vaya creciendo y eso, y así os voy contando cómo van las cosas, si se va poniendo bonito, si se me chafa... Será algo así como el gnomo de la película Amelie.

También, advierto, que marchará según yo vaya haciéndolo, y espero hacerlo bien eh! Aunque pido paciencia y comprensión, porque, como digo, siempre he sido una negada para este tipo de cosas.

Es más, cuando era pequeña y en el cole nos hacían plantar el típico garbancito o la judía en el vasito de yogurt, siempre, sieeeempre acababan muriéndoseme nada más brotar. Brotaban y yo me olvidaba. "¡Hale! Ya ha salido el tallito con la hojita verde", y se ponía todo marrón y podrido... Un desastre.

En fin, en mi espíritu positivo de las últimas semanas, he decidido que esta vez va a ser diferente, pero bueno... a ver cuánto aguanto. O cuánto aguanta... jaja.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Flaco favor

Han vuelto las duchas calientes con su vapor de agua

A todo cerdo, en serio