Te has ido... y contigo los días buenos
Te has ido... hoy hace ocho días y sigo sin digerirlo, igual que todos, y creo que nos va a llevar tiempo. Tiempo y lágrimas, que es lo único que nos resta contigo. Ya no podemos decirte nada, no podemos abrazarte, darte besos o cogerte la mano. Ya no puedo admirar tus uñas siempre perfectas como he hecho desde que era niña. Ya no puedo decirte tantas cosas que se me quedaron ahí, en el pecho clavadas, intentando salir, pero... ¿a dónde? ¿Hacia quién? Es cierto eso que dicen, que se quedan cosas en el tintero cuando pasa esto. Me hubiera gustado decirte de vez en cuando que te quiero, dos palabras de las que no voy sobrada, siempre me ha costado bastante y me cuesta soltarlas. Me hubiera gustado darte más besos y más abrazos, de esos que tanto me has inspirado esos últimos días de pijama y sábanas blancas, de hospital. Como el jueves que estabas tan bien y cuando llegué a verte por la noche te subió la fiebre y estabas llorando, y nos decías que nos fuéramos ya a casa, que era tarde y