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25 de junio de 2015. Año VI d. M.J.J.

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Junio suele ser bonito. Mi mes favorito es mayo, por motivos obvios, y septiembre y diciembre después (por motivos no tan obvios, más de fiestas callejeras desde el mediodía), pero en junio siempre me han pasado cosas bonitas, cosas que me han emocionado... menos una. Pero esa "una" no la hubiera sentido así de no ser por haber comenzado todo aquello un 2 de junio, y por consolidarse aún más un 13 de junio. 2 de junio de 1996. Comunión de mi hermanito, Dany. Solo tengo una hermana pequeña, pero mi amigo Dany y yo nos conocemos desde que nacimos y nos llamamos así, "hermanitos". Consabida misa, comida en Bahía Nirri como en la mía y regalitos -tratándose de Dany no podía ser más original- para los amigos. No las típicas chuches, que también, sino un paquete de recuerdos con un cassette.  De vuelta a casa, en el coche, puse la cinta en mi walkman. Cara A. Play. Primera canción: No pude pasar de aquí. La escuchaba, rebobinaba y volvía a escucharl

Puedo ponerme cursi y decir...

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"Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños. Puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño. Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu dios, tu asesino... O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar... que suba la marea." - A la Orilla de la Chimenea. Joaquín Sabina. Música para leer. Lectura para escuchar música. Sabina siempre es una buena opción, el poeta más recurrente en mi caso. Pero también él. "Still feels like our first night together Feels like the first kiss, it's gettin' better, baby... no one can better this... First time our eyes met, same feelin' I get Only feels much stronger, wanna love you longer. You still turn the fire on..." Leer música. Escuchar libros. Ahor

Wild Horses...

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Soy más de calor que de frío. Más de primavera-verano, y de otoño, que de invierno. O eso es lo que siempre digo. Si hay un fenómeno meteorológico que me irrita, y lo hace sobremanera, es el viento. Mucho. Hace que me lloren los ojos, me despeina, y eso que prefiero ir despeinada y despeinándome por la vida. Y confieso que cuando llueve prefiero quedarme en casa, y, si hay que salir, opto por vestido o falda, con medias por supuesto si hace frío, no me gusta mojarme las piernas, pero odio llevar empapados los bajos de los pantalones. Nunca acierto con el calzado. Siempre acabo con los dedos de los pies empapados. Pero adoro las tormentas de verano.  (¡escúchala!) Recuerdo perfectamente la tarde en que mi padre nos llevó a mi hermana y a mí hace 20 años a conocer el piso al que nos mudaríamos, donde ya cada una tendría su propia habitación y no dormiríamos más juntas, salvo cuando la enana tenía miedo de dormir sola. Era grande. Muy grande comparado al que teníamos entonc