Todo lo que sube, bajará

Hoy, y desde hace unos días, es uno de esos momentos en los que echaría mano de una de esas tantísimas frases míticas de Groucho Marx, quizá mi favorita... "Que paren el mundo, que me bajo".

Puede ser que la hostia de la semana pasada me tenga aún algo renqueante.
Puede ser que el hecho de que no me salga todo como lo planeo (como sí me pasaba hasta hace un año)... influya en algo.
Puede ser que algo tenga que ver esa parte del mes en que las chicas tenemos un humor de extremos... que no sé siquiera si estamos en esos días.
Puede ser que eche de menos algo más de libertad.
Puede ser que... yo que sé, que esté como una puñetera cabra montesa a estas alturas.
Puede ser que me guste más soñar que vivir la realidad... Bueno, no puede ser. De esto estoy segura.

Nunca creí en las casualidades. Siempre vi señales. A veces hasta parecían de coña. Pero ahora debo creer que existen las casualidades, porque dejar todo al universo tiene que llevar algo de azar, no hay otra. Pienso férreamente que todo ocurre por una razón, lo que pasa es que a veces no intuimos bien al intentar averiguar cuál es.

Casualidad o no (yo creo que no). Mi vida vuelve a girar, vuelve a cambiar. Si hace un año y dos meses todo cambió (y ese cambio venía anunciándose bastante tiempo ya), ahora, de repente, todo se da la vuelta de nuevo.

Pero nada está en su sitio.

Siempre he sido un poco Mónica Geller, la de Friends. Por no decir bastante. Maníatica del orden, de la "limpieza" (aunque eso me da más pereza, siendo absolutamente sincera), algo ingenua y dada a planear mi vida perfecta en mi cabeza mientras mis oídos escuchan en forma de caos alguna conversación que debería estar manteniendo en ese instante. Si es mi cama, no puedo dormir en ella si no la he hecho yo. Si es mi mesa, todo tiene que estar donde yo lo dejé. Si es mi armario, las prendas van por estaciones, por categorías y largo y con las perchas enfocadas según verano o invierno. Absoluto orden y control de mis cds, colocados por orden alfabético de cantantes y grupos, y cronológicamente dentro de cada uno de ellos, excepto por Michael, The Jacksons y los Jackson 5, que siempre van arriba.

Pero nada está en su sitio.

Y cada vez más pienso que eso tiene que ver con los diferentes caminos o atajos que va tomando mi vida... o mi persona. Voy cambiando, y me gustaba como era mi orden. Era feliz con mis manías. Ahora soy desordenada, excepto una o dos veces por semana que me entra la fiebre del orden y lo dejo todo impecable.

Mis desordenes se apoderan de mi y de mi entorno más inmediato. Lo único verdaderamente mío fuera de mi persona, mi cuarto. Creo firmemente, y desde hace años, que una habitación o una casa es el reflejo de la/s persona/s que la habita/n. Mi habitación tiene personalidad. Sobre todo cuando está ordenada. Es como mi cabeza. La tengo todo ordenada, mi mente está en calma y todo bajo control. Está desordenada, hay un caos en mi cabeza. Hay alguna prenda o algún objeto fuera de su sitio, algo está fallando, algo está dándome vueltas en el coco. Por eso no concibo una habitación completamente diáfana. Sin objetos, sin recuerdos, sin iconos. No es la habitación de una persona con personalidad, es una habitación de una persona superficial.

Quiero volver a ese estado primigenio de orden absoluto. Todo iba bien entonces. Concretamente... la última vez que estuve en ese estado fue hace... ¿¿tres años?? Que vuelva. Me he dado una hostia, eso va a cambiar algo, y mi vida ya estaba cambiando y cambia cada segundo. Pero quiero orden, lo necesito. Si no, se me va a pirar la cabeza.

Eso no significa que no quiera perder los papeles, como dije anteriormente, pero sí que necesito orden. O mejor, control sobre mis ideas, mis necesidades y mi mente. Que esto... se me va de las manos.


Comentarios

  1. Vaya, estoy totalmente de acuerdo con lo de las habitaciones... Ahora entiendo por que la mia esta asi: algo me esta pasando porque nunca soy capaz de ordenarla del todo, colocarla entera me resulta una labor casi imposible. Uf!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Flaco favor

Han vuelto las duchas calientes con su vapor de agua

A todo cerdo, en serio