¡Oh, no! ¡¡¡Barney, no!!!

2 de agosto,
el globo sigue girando.

El Parlamento catalán ha prohibido los toros.
El paro sigue siendo protagonista de la economía española.
Paco León es una Lisístrata muy flamenca... casi resucita a Lola Flores.
Blanco quiere cobrar a los camiones por usar las autovías.
Iker y Sara Carbonero siguen de vacaciones románticas, codeándose con famosos.
Obama da por terminada la guerra de Irak y retirará las tropas.
Su mujer vendrá de playeo a las costas españolas.
Alonso ya está en la lucha por el mundial de Fórmula 1.
Mi abuela ama a Rafa Nadal.
Yo amo a Paul Newman.
Alicia es una mala influencia que me hace volver a casa pasado el desayuno.
Fly me to the moon, de Sinatra, es una de las canciones más bonitas que he escuchado.
Suena Call me irresponsible en la voz de Michael Buble.
Neil Patrick Harris, mi Barney y hombre favorito, es gay =(.
Ha caido el mito (pero para mí seguirá existiendo)

Bueno, debería decir que sigue siendo gay, porque una cosa es que yo me haya enterado el último fin de semana y otra, muy distinta, desde cuándo es una información pública. 2007 parece ser que fue el año, momento desde el cual se conoce su relación con el actor David Burtka, su compañero de reparto esporádico en How I Met Your Mother, donde interpreta, puntualmente (repito) a Cooper, el ex novio de Lily en el instituto. ¡¿Por qué me enteraría yo tan tarde?! Este hombre me gusta mucho eh... No es justo.

2 de agosto,
no os imaginais cómo está el mercado...... ¡El mercado está fatal!

Ahora resulta que Neil Patrick Harris, el hombre más mujeriego y más interesante que ha parido la televisión americana (bueno, a la par con Mr. Big) es gay. Y ahora, ¿qué? Digo yo... Con noticias como estas, se nos caen mitos, ya no eróticos, sino del hombre medio que puede atraer a una mujer del siglo XXI.

Y yo vivo en Mérida, una pequeña ciudad. El mercado está pero que muy mal. Y el moverte dentro de la profesión, la que sea, no ayuda. Aquí no hay donde elegir. Sales y todo son viejunos salidos, asaltacunas, quinquis, gayolos que se creen figuras, y luego están los guapos, guapísimos, guapérrimos e interesantes, y ninguno de estos últimos suele estar disponible o, al menos, dentro de tus posibilidades (hablo por mí).

Que si tienen chicas y son intocables, que si tienen chicas y quieren juerga pero sus novias son sagradas (pues serán cabras sagradas, porque tienen cada cornamenta...), o son homosexuales, o... son gilipollas. En serio, ¡¿esto qué es?!

Luego hay quien me llama superficial porque me gusta un chico guapo, alto, moreno y de ojos verdes, pero macho... ¿qué tiene de malo? Si me gusta, será porque tiene algo más que eso, si no sería una cuestión puramente física. ¡Pero es que es normal! TODOS, chicos y chicas, somos hasta cierto punto superficiales. La pregunta es: ¿dónde acaba la superficialidad? En el momento en el que comienza el interés. Corrijo, en el momento en el que el susodicho muestra su lado "intersante". Y eso no ocurre siempre, desgraciadamente. No todo el mundo tiene ese puntito, que es la base real de la atracción más allá de lo físico, ese llamado misterio. Ahí reside la atracción, al menos en mi caso.

Y me dice uno de mis mejores amigos, "dales una oportunidad" y "eres muy exigente". No, no es que sea muy exigente (soy exigente, pero no tanto, vamos... ¡creo yo!), es que debo tener algo así como un imán para los gayolos o lentos (entendiéndose lentos como pavos, simples y sin ese punto interesante). ¿Acaso cuando un chico ve que hay una chica coladita por él y se presenta como un ejemplar así (como los tíos que acabo de decir), le da alguna oportunidad? Ni la más mínima. Y eso nos ha pasado a mucha, muchísima gente.

¿Dónde están los hombres? ¿Qué es del mito del macho ibérico? ¿Murieron con la caballerosidad o simplemente nunca existieron?

¡Cómo está el mercado, señores!


Comentarios

Entradas populares de este blog

Flaco favor

Han vuelto las duchas calientes con su vapor de agua

A todo cerdo, en serio