Año 1 d. M.J.J.
Sí, ya ha pasado un año... 365 días y algunas horas. Y esto sigue pareciendo más una broma excesivamente pesada. Mira que tengo un límite de paciencia, pero lo preferiría mil veces a que él se nos fuera. O mejor, debería decir, lo dejamos ir, lo descuidamos.
Michael Jackson llegó a mi vida, siendo yo consciente de ello al menos, un 2 de junio de hace 14 años. Más de la mitad de mi vida. Antes, lo había visto bailar en la parte añadida a la versión extendida de su video Black or White, recién despierta, y me quedé patidifusa. ¡¿Cómo alguien podía moverse así?! Y, para colmo, se convirtió en una pantera allí mismo (como Baguira, en "El libro de la selva") y se fue, sin más.
Claro, a mis seis o siete añitos yo pensé que era un mago, y me esforcé sin resultados por saber quien era.
Otro junio importante fue el de 2005, cuando, después de dos larguísimos años de acusaciones horribles y FALSAS (sí, no hay otra), y pasar por un juicio sin pies ni cabeza, tanto en las cortes de Santa Bárbara (California) como a nivel mundial en los medios de comunicación, fue declarado INOCENTE de varios cargos que se le imputaban por abuso de un menor y suministro de sustancias nocivas. Jajaja!! ¡Qué grande aquel 13 de junio!
Aquel día yo, estaba de vuelta en Mérida, y más que por ganas me fui al cine con mi hermana por matar el aburrimiento viendo (ella repitiendo) "Star Wars: Ep. III - La venganza del Sith". Eran los días en que se esperaba un veredicto del jurado sobre Michael en el caso Arvizo, así que mi estado de ánimo era un poco inestable y bastante taciturno. Confiaba en que fuera inocente, nunca lo imaginé capaz de cosas tan atroces, pero ¿cómo pones las manos en el fuego por alguien con quien no tienes trato directo, ni conoces personalmente? Así que, tenía mi duda razonable, y que se pudiera demostrar lo contrario me jodía, porque habría hecho pedazos una gran admiración.
El caso es que, saliendo del cine, mientras mi hermana me preguntaba contentísima qué me había parecido el último episodio de la saga Star Wars, yo tenía una sensación extraña, como si mi mente estuviera más bien en otra parte y, me creais o no, según cruzábamos el aparcamiento a pie, sentí algo en el pecho y dije en voz alta, sin venir a cuento, "¡Michael! El veredicto, Blanca. Creo que ha pasado algo".
Mi hermana, obviamente, puso cara de pocos amigos y de "venga ya! ¿Sigues con eso?", pero cuando llegamos a casa y nos enganchamos en el sofá a lo que veían los papis en la tele, una banda azul cruzó el margen inferior de la pantalla anunciando el "NOT GUILTY" (inocente) que había sido pronunciado por la representante del jurado para cada uno de los cargos =).
Dos junios. 9 años entre ellos. Dos días bonitos.
El año pasado, 2009, se suponía que junio también debía ser bonito. Yo acababa la carrera y me graduaba. Mi hermana terminaba su ciclo y era regidora de su Gala final, el 25 de junio.
Después de la cena-cóctel, volvimos al colegio mayor y nos pusimos a ver los videos que habíamos grabado del acto tan contentas. Ella se iba al día siguiente a Mérida. Yo me quedaba hasta el 30 para disfrutar con mis amigas mis últimos días en Madrid. Y las dos, íbamos a recibir un regalo especial de nuestros padres al final de nuestras respectivas maratones: Blanca pidió un iPod Touch, yo quería entradas para ir a ver a Michael en Londres (me quedé sin ellas en la primera venta, porque estaba de excursión por Grecia, y el 22 de junio había recibido un e-mail de la organización diciendo que iban a sacar más entradas a la venta).
Una llamada que parecía una broma. Una noticia que yo no quise creer y preferí hacer caso a la CNN que sentenció "coma". Horas y horas delante de la televisión siguiendo a lágrima viva cada minuto por la CNN Internacional.
Confirmaron el desenlace para las 3 ó las 4 de la madrugada. Y yo me quedé ahí, porque un miembro de la familia Jackson iba a dar una rueda de prensa. Vi a Jermaine Jackson a través de la pantalla de mi ordenador: vencido, sin fuerzas y con los ojos secos de tanto llorar. Eran las 5 de la mañana. Yo me desperté a las 8 y a las 9 estaban mis padres abajo para irnos a desayunar juntos.
Nunca he llorado como entonces.
Hoy, me sigo acordando de sus hijos.
Sólo resta agradecer a Michael su herencia, la mejor del mundo: su música, su baile, sus videos, sus ideas... su paso por el mundo, que, afortunadamente, se cruzó con el mío, aportándome una inmejorable banda sonora.
I miss and love you, Michael
Michael Jackson llegó a mi vida, siendo yo consciente de ello al menos, un 2 de junio de hace 14 años. Más de la mitad de mi vida. Antes, lo había visto bailar en la parte añadida a la versión extendida de su video Black or White, recién despierta, y me quedé patidifusa. ¡¿Cómo alguien podía moverse así?! Y, para colmo, se convirtió en una pantera allí mismo (como Baguira, en "El libro de la selva") y se fue, sin más.
Claro, a mis seis o siete añitos yo pensé que era un mago, y me esforcé sin resultados por saber quien era.
Otro junio importante fue el de 2005, cuando, después de dos larguísimos años de acusaciones horribles y FALSAS (sí, no hay otra), y pasar por un juicio sin pies ni cabeza, tanto en las cortes de Santa Bárbara (California) como a nivel mundial en los medios de comunicación, fue declarado INOCENTE de varios cargos que se le imputaban por abuso de un menor y suministro de sustancias nocivas. Jajaja!! ¡Qué grande aquel 13 de junio!

El caso es que, saliendo del cine, mientras mi hermana me preguntaba contentísima qué me había parecido el último episodio de la saga Star Wars, yo tenía una sensación extraña, como si mi mente estuviera más bien en otra parte y, me creais o no, según cruzábamos el aparcamiento a pie, sentí algo en el pecho y dije en voz alta, sin venir a cuento, "¡Michael! El veredicto, Blanca. Creo que ha pasado algo".
Mi hermana, obviamente, puso cara de pocos amigos y de "venga ya! ¿Sigues con eso?", pero cuando llegamos a casa y nos enganchamos en el sofá a lo que veían los papis en la tele, una banda azul cruzó el margen inferior de la pantalla anunciando el "NOT GUILTY" (inocente) que había sido pronunciado por la representante del jurado para cada uno de los cargos =).
Dos junios. 9 años entre ellos. Dos días bonitos.

Después de la cena-cóctel, volvimos al colegio mayor y nos pusimos a ver los videos que habíamos grabado del acto tan contentas. Ella se iba al día siguiente a Mérida. Yo me quedaba hasta el 30 para disfrutar con mis amigas mis últimos días en Madrid. Y las dos, íbamos a recibir un regalo especial de nuestros padres al final de nuestras respectivas maratones: Blanca pidió un iPod Touch, yo quería entradas para ir a ver a Michael en Londres (me quedé sin ellas en la primera venta, porque estaba de excursión por Grecia, y el 22 de junio había recibido un e-mail de la organización diciendo que iban a sacar más entradas a la venta).
Una llamada que parecía una broma. Una noticia que yo no quise creer y preferí hacer caso a la CNN que sentenció "coma". Horas y horas delante de la televisión siguiendo a lágrima viva cada minuto por la CNN Internacional.
Confirmaron el desenlace para las 3 ó las 4 de la madrugada. Y yo me quedé ahí, porque un miembro de la familia Jackson iba a dar una rueda de prensa. Vi a Jermaine Jackson a través de la pantalla de mi ordenador: vencido, sin fuerzas y con los ojos secos de tanto llorar. Eran las 5 de la mañana. Yo me desperté a las 8 y a las 9 estaban mis padres abajo para irnos a desayunar juntos.
Nunca he llorado como entonces.
Hoy, me sigo acordando de sus hijos.
Sólo resta agradecer a Michael su herencia, la mejor del mundo: su música, su baile, sus videos, sus ideas... su paso por el mundo, que, afortunadamente, se cruzó con el mío, aportándome una inmejorable banda sonora.
I miss and love you, Michael
hija mia, ke bien escribes, me ha encantao
ResponderEliminarsoy isa