'César y Cleopatra' o... (XX + XY) elevado a infinito
-- Nunca hubieras sido Reina, de no ser por mí.
-- Y tú nunca me hubieras amado si no hubiera sido Reina.
-- Y tú nunca me hubieras amado si no hubiera sido Reina.
'César y Cleopatra', Emilio Hernández (2015)
Dirección: Magüi Mira
Julio César: Emilio Guitiérrez Caba y Marcial Álvarez
Cleopatra: Ángela Molina y Lucía Jiménez
Perdón.
'César y Cleopatra', Emilio Hernández (2015)
Dirección: Magüi Mira
Cleopatra: Ángela Molina y Lucía Jiménez
Julio César: Emilio Guitiérrez Caba y Marcial Álvarez
Ahora sí. Ahí llegamos. Ahí llegamos una vez que la eterna Reina del Nilo se dice a sí misma, a su yo joven, que contenga sus pasiones por César, que sea Reina primero. Y después mujer.
César y Cleopatra... Cleopatra y César... Según Magüi Mira.., de la que después de escucharla toda esta semana en ruedas de prensa, entrevistas a compañeros y entrevistarla yo misma, me declaro una enamorada... Según ella.., mi peinado es "muy Cleopatra"... Según Magüi Mira,... César y Cleopatra son "la pareja diez. Su fusión no es sólo intelectual. Es sexual, emocional... Es la fusión perfecta".
Ambos poderosos, ambos atractivos, seductores, exóticos y eróticos. Ambos potentes. Ambos divinos. Ambos, pero... Ambos, pero ¿qué queda?
Hablamos con lujuriosa soltura de la erótica del poder, pero... no desarrollamos tanto el discurso cuando se trata del poder de la erótica, que es tanto o más potente y poderoso.
Saliendo del estreno... Miento. Saliendo del peristilo tras el catering después del estreno, paramos a saludar y felicitar a Emilio Gutiérrez Caba, que nos empezó a hablar de César y de Cleopatra, de esa relación tan feroz y tan ciclónica, tan fuerte, tan de altas crispaciones y pasiones bajas, ese amor tan arrollador como no ha habido otro igual, según él... "¿Quién sabe?", le dije yo... Y ahí se fecundó el debate, se comenzó a gestar, porque no lo abordamos. Pero es que... ¿quién sabe? La humanidad ha cambiado bien poquito en estos siglos y milenios de historia desde aquellas primeras civilizaciones que nos contaron sus hechos y su filosofía a través de sus escritos, de sus tablillas que ahora leemos en tablets... Pero sí ha crecido exponencialmente.
Es tan pequeño el ser humano... tan pequeño y no se da cuenta. Utilizamos demasiado el yo, y cada vez menos el nosotros. Creamos verdaderas tragedias por cualquier cosa que nos pasa (nos), y no paramos a pensar, a reafirmar, que somos apenas un soplo de polvo cósmico. Pero ¿qué nos creemos que somos?
Y una vez, y otra vez, y una más, y las que hagan falta... caemos.., todos, todos juntos,.. en los mismos errores.
Te sientas un mes de julio en el Teatro Romano de Mérida a ver una de sus clásicas tragedias, una 'Medea', un 'Edipo Rey', una 'Antígona', un 'Julio César', unas 'Troyanas', una 'Hécuba'... ("soy Hécuba... muerta antes de morir", y escuchas decir estas palabras a Concha Velasco y te mueres, no?)... y un montaje tras otro te es imposible no establecer paralelismos, no ver ahí enfrente en la escena, en esos personajes clásicos, las miserias del ser humano de hoy... nuestras miserias, a gran escala, en la geopolítica... vale, pero sobre todo en lo más pequeño: el hombre.
Y es que... ¿cuándo vamos a dejar de repetir las mismas historias, las mismas traiciones, las mismas locuras, las mismas inocentadas... una y otra vez? ¿Cuándo vamos a aprender?
Si es que ya lo dijo uno de los grandes... (no sé si a vosotros, pero a unas amigas y a mí nos instruyó sobre el tema bastante).., que todo está en el canallismo, del que nunca se termina de aprender, porque no deja de ser una conjugación entre la erótica del poder... y el poder de la erótica.
Hablamos con lujuriosa soltura de la erótica del poder, pero... no desarrollamos tanto el discurso cuando se trata del poder de la erótica, que es tanto o más potente y poderoso.
Saliendo del estreno... Miento. Saliendo del peristilo tras el catering después del estreno, paramos a saludar y felicitar a Emilio Gutiérrez Caba, que nos empezó a hablar de César y de Cleopatra, de esa relación tan feroz y tan ciclónica, tan fuerte, tan de altas crispaciones y pasiones bajas, ese amor tan arrollador como no ha habido otro igual, según él... "¿Quién sabe?", le dije yo... Y ahí se fecundó el debate, se comenzó a gestar, porque no lo abordamos. Pero es que... ¿quién sabe? La humanidad ha cambiado bien poquito en estos siglos y milenios de historia desde aquellas primeras civilizaciones que nos contaron sus hechos y su filosofía a través de sus escritos, de sus tablillas que ahora leemos en tablets... Pero sí ha crecido exponencialmente.
Es tan pequeño el ser humano... tan pequeño y no se da cuenta. Utilizamos demasiado el yo, y cada vez menos el nosotros. Creamos verdaderas tragedias por cualquier cosa que nos pasa (nos), y no paramos a pensar, a reafirmar, que somos apenas un soplo de polvo cósmico. Pero ¿qué nos creemos que somos?
Y una vez, y otra vez, y una más, y las que hagan falta... caemos.., todos, todos juntos,.. en los mismos errores.
Te sientas un mes de julio en el Teatro Romano de Mérida a ver una de sus clásicas tragedias, una 'Medea', un 'Edipo Rey', una 'Antígona', un 'Julio César', unas 'Troyanas', una 'Hécuba'... ("soy Hécuba... muerta antes de morir", y escuchas decir estas palabras a Concha Velasco y te mueres, no?)... y un montaje tras otro te es imposible no establecer paralelismos, no ver ahí enfrente en la escena, en esos personajes clásicos, las miserias del ser humano de hoy... nuestras miserias, a gran escala, en la geopolítica... vale, pero sobre todo en lo más pequeño: el hombre.
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Ser XX + Ser XY elevados a la infinita POTENCIA |
Si es que ya lo dijo uno de los grandes... (no sé si a vosotros, pero a unas amigas y a mí nos instruyó sobre el tema bastante).., que todo está en el canallismo, del que nunca se termina de aprender, porque no deja de ser una conjugación entre la erótica del poder... y el poder de la erótica.
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