Cosas que pasan
"A buen entendedor, pocas palabras bastan" (Refranero español)
Menos a una mujer. Con pocas palabras que le digas a una mujer puede entenderte perfectamente, pero luego puede perderse en vericuetos buscando doble, triple, cuádruple... multiples significados a tus palabras. Significados que le sean más apetecibles, menos deseados, que le preocupen. Buscará cada estúpida cosa diferente que puedas haber querido decir con "Hola, ¿qué tal?", simplemente por tu tono, por tu expresión facial, por cómo respondas tú después a su "¿y tú cómo vas?". Seas hombre o mujer. Y ¿por qué? ¿Por ser mala entendedora? No. Porque es mujer, y es parte de su condición. Si le interesas, se comportará así.
Llámalo instinto o sexto sentido femeninio, como quieras. Claro que... ni siquiera ese instinto le acercará a la verdad en este tipo de casos...
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Quería decírselo, contarle de lo que se había enterado, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo. ¿Cómo se le espetaba algo así a una persona que estaba ilusionada con la perspectiva de un nuevo romance? Si algo se torcía, ella, su amiga, sería señalada después como la culpable de que la historia no saliera adelante. Arriesgaba su credibilidad ante su amigo. "Pero joder, a mí me gustaría que me lo dijeran", pensaba en cuanto había concluido que lo mejor era mantener la boquita cerrada en estos casos. Nada, tenía que decírselo. "Al final va a ser cierto el estereotipo: los hombres son unos cabrones, pero las mujeres somos unas pérfidas".
La pregunta era cómo. El asunto era simple: no eres tú, no es ella, es ella y el otro. Tu dulce princesita que tan carismática y ocurrente te parece tiene un rollete aparte. "Demasiado cruel. Así no".
La vida es simple al fin y al cabo, todo se rige por y erige sobre nuestros instintos más primitivos. Partiendo de ahí, ojo con la comunicación con una mujer. Hasta el más elocuente interlocutor puede descuidar una máxima inalterable, a tener muy en cuenta, a la hora de tratar con una de nosotras: somos complicadas y analizamos todo al milímetro, cada sílaba. Los hombres, sin embargo, son simples y directos, pero 'simples' y 'directos' no es sinónimo de sinceros.
Además, no hacía ni un mes (bueno sí, un mes sí que hacía) que su amigo por fin le había confesado que había empezado ese tonteo barra rollo barra relación incipiente con esta chica tan mona, simpática y divertida que había aparecido aquel verano dándoselas de la fiestera más inagotable de la ciudad. Y se lo había confesado precisamente porque Carrie era la fiestera incombustible del grupo, y como tal había hecho buenas migas con la chica nueva. Al menos para estrenar vestidos y zapatos de vez en cuando en los locales de moda aquel verano. Y Carrie no es que fuera su amiga de toda la vida, pero sabía escuchar y era clara, le daría un diagnóstico al menos aproximado a la verdad.
Pero había una razón más por la que su amigo se lo había confesado. Preocupación. Estaba rallado. La razón es que la rubia fiestera, después de varias semanas de un tonteo a saco, hablando abiertamente de su supuestamente sincero y claro interés hacia él, quizá con ganas de empezar una relación juntos si encontraran los medios, había cortado la historia por lo sano de un día para otro. Había arrancado de cuajo el helecho del amor antes incluso de plantarlo. Y eso lo tenía desconcertado, no sabía a cuento de qué había tenido la rubia semejante arranque en el que después de un improvisado y argumentado speech él había resultado ser la causa y el culpable.
Y ahora, justo un mes después de esa confesión, Carrie se enteraba por otras bocas de que había algo más ahí que él seguramente no sabía. La rubia peligrosa se había estado liando con otro chico y en otra ciudad al mismo tiempo que estaba en pleno tórrido tonteo con él.
"¿Se lo digo o no se lo digo?", ésa era la cuestión. Le había dado tantas vueltas ya a la pregunta que se sentía como recitando el "Ser o no ser" de Shakespeare.
Al final decidió no hacerlo, no por ahora, porque Carrie misma estaba al borde de la certeza de que también ella había sido objeto del mismo juego engañoso. Chica conoce a chico, chico tienta a chica, chica piensa que chico es diferente, chico empieza a llevar a chica a un terreno de juego común con reglas bilaterales. Atención, peligro!! Chica empieza a engancharse. Chico tiene labia... Chico le dice a chica que le gusta y chica le dice a chico que le gusta. Pero MEEECCCC ERROR!! Chico propicia discusiones de las que culpa a chica, chica flipa en colores sin saber de dónde le vienen las hostias. Stand-by. Chico claramente había conocido otra chica y en lugar de ser sincero había atacado a Carrie para no generar una situación incómoda para él. Stand-by.
Y es que "Tres son multitud". (Refranero español)
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