Drogadicta de la cama, noctámbula sin remedio
Lástima. De esas flores de ahí abajo sólo quedan dos vivas, y os prometo que las he cuidado. Igual que cuido mi cactus, que ya no me quiere dar más flores. Pero acaba de nacer hoy justo una nueva margarita amarilla, nueva, limpia y preciosa, grande, y creo que mañana y pasado, cuando vaya abriéndose más, será más grande y más hermosa.
Vuelvo una vez más, como una hija pródiga, con el rabo entre las piernas y los ojos de cordero, agachando la cabeza ante la mirada acusadora de quien sabe que se ha faltado a la palabra, a la promesa, a la promesa a uno mismo, que igualmente duele. Ya lo sé, debería estar acostada ya a estas horas, mañana trabajo, luego me cuesta levantarme, voy más lenta y tardo en reaccionar.
Pero ya me conoces, soy una vagabunda del sueño, una drogadicta de la cama, una noctámbula sin remedio. Puedo tener todo el sueño del mundo, dormirme en el coche, a tu lado en el sofá mientras me hablas, en la terraza del bar mientras reís y yo intento pescar algo de lo que decís, retozar boca abajo en el sillón orejón mientras te hago tragar la película que te he convenicido para ver,... Si es que llego a la cama y no me apetece ni abrirla ni meterme en ella, sólo sentarme encima, o tumbarme, y escuchar música y no pensar, vaguear, me puede, me vence, me priva como quien dice. Y a veces sueño despierta, y tú y todos ellos estáis en ese sueño, y soñando esas cosas que me gustaría que hiciéramos, en ese momento, soy consciente de que estoy creando realidades que jamás viviremos. Así es.
Últimamente había estado cambiando esas costumbres mías, esas cosas de siempre, por otras alienantes, juegos de vidas virtuales en redes sociales, cero lectura, cero radio, cero música. Leía sin leer, y oía sin escuchar. Aún lo hago, pero ¿no sería bonito volver a ser yo? Lejos de vidas virtuales, viviendo el sol y la luna, y el cesped fresco, incluso el ruido urbano.
Así que espero, y no quiero ir a la cama, aunque me muero de sueño ya, llevo ya mucho tiempo sin dormir bien, entrevelándome a las mil en mitad del sueño, despertando llorando, harta de esta vida, de lo oscuro que traen las nubes, del egoismo y la hipocresía que vemos a diario tú y yo en la calle. Y encima ya sólo me quedan 17 días, 8 horas y 40 minutos. Y sabes que no quiero que llegue. Así que me vale kissnight como escuchaba antes, me vale cadena100 como escucho cada mañana, me vale esa lista de favoritos guardada en Youtube con canciones italianas, banda sonora de una película para las masas. ¿Lo ves, ahora? Pues estoy aquí, y esta vez me estoy portando bien. O eso creo.
Quédate despiert@ conmigo, ¿o tú también piensas que mis ídolos son tóxicos?
sí, comparto contigo aficiones al poco descanso, casi siempre noctámbulo. Un Saludo.
ResponderEliminarTengo un secreto para dormir bien...Simplemente hay que cerrar los ojos y pensar que el sellito irá en una carta, mientras escuchas algo en la televisión que apenas tenga importancia para tí, en muy buena compañía, después de comer una bolsa de patatas campesinas y una botella de coca cola, y de haberte recorrido las calles, muerta de miedo, acompañada de alguien especial. Ya verás como después...cuando apenas hayas dormido y casi lo hagas mientras te duchas o te lavas los dientes...llegará el momento en que te acuestes y no te levantes hasta las cinco de la tarde.
ResponderEliminarVa siendo horita de actualizaaaar... tus fans queremos más de tu literatura
ResponderEliminarSería interesante que compartiéramos experiencias. Facebook: Mi primera vez en feisbuk
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